sábado, 27 de agosto de 2011

27

(escrito un día que la depreción nos llenó a todos tanto los pulmones que no podíamos ni respirar)


Hoy no fue un buen día: descubrí que todos mis pequeños esfuerzos para que la socialidad volviera no sirvieron para nada; que las paranoias y las obseciones volvieron para quedarse en el segundo que bajé la guardia (y volvieron más fuertes y en el momento que mejor me sentía, cuando creí que ya podría auto diagnosticarme el alta, cuando creí que podría empezar a enamorarme).
Supongo que fueron demaciados sentimientos a la vez.Ahora deberé empezar de nuevo.De a poco, primero encerrarme en el primer yo-el escritor- e ir saliendo uno a uno, capa por capa hasta llegar al yo externo-el de la gente en la calle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sé que tenés algo que decir, todos tienen algo que decir.
Contame, no me gusta hablar sola.